El capítulo judicial de Miguel Ángel Leal Casado llega a su fin, con un veredicto claro: inocente de todas las acusaciones que se le habían imputado. Sin embargo, esta historia deja un saldo amargo para todos los implicados, marcando un antes y un después en la Asociación Gremial de Auto-Taxis de Madrid.
Tras años de acusaciones que prácticamente lo culpaban de todos los males de la asociación, la justicia ha hablado en favor de Leal Casado. Tres jueces de la Audiencia Provincial le dieron la razón en primera instancia, un fallo que fue confirmado en segunda instancia por el Tribunal Superior de Justicia (TSJ). Al no haber recurso de casación, el TSJ declaró la sentencia firme, cerrando así este controvertido caso.
Dos grandes perdedores
El desenlace no deja lugar para celebraciones. Por un lado, los socios de la Asociación Gremial han invertido recursos económicos considerables en un litigio que terminó en derrota, afectando directamente las arcas de la organización. Por otro lado, la imagen pública de Miguel Ángel Leal Casado ha quedado seriamente dañada, a pesar de su total inocencia. Algunos sectores del gremio, ignorantes de la sentencia, continúan acusándolo de malversación, perpetuando un daño que no puede repararse únicamente con un fallo judicial.
"No habrá más acciones legales"
A pesar de la evidente afectación personal y profesional, Leal Casado ha decidido cerrar este capítulo sin emprender nuevas acciones legales contra quienes lideraron las acusaciones en su contra. En sus propias palabras, "deseo lo mejor a la Asociación Gremial de Auto-Taxis de Madrid", dejando claro su intención de pasar página y dejar atrás esta etapa. Sin embargo, ya no forma parte de la asociación, al igual que la mayoría de quienes lo acompañaron en su última candidatura. Su salida y la de su equipo reflejan un distanciamiento marcado con la gestión actual de la organización, especialmente en la defensa de la figura del autónomo.
Un mensaje final: la inocencia como legado
Miguel Ángel Leal Casado, tras años de enfrentamientos legales y desgaste mediático, sale de esta batalla judicial con su honor intacto. Esperemos que quede constancia de que es inocente de todo lo que se le acusaba, y que este caso sirva como lección para la gestión responsable y ética de las instituciones. Lo que queda ahora es reconstruir los puentes que este conflicto dejó rotos y trabajar por un sector del taxi más unido y fortalecido.